sábado, 10 de noviembre de 2007

Escuelas socráticas menores

Después de la muerte de Sócrates, sus discípulos se dispersaron por Grecia fundando escuelas, las mismas que pretendían reflejara las enseñanzas de su maestro .
Diógenes Laercio, en su Vidas de Filósofos, resalta a siete amigos de Sócrates, como los más representativos: Jenofonte, Esquines, Antístenes, Aristipo, Euclides, Fedón y el más grande de todos Platón, con excepción de los dos primeros, el resto fueron fundadores de escuelas filosóficas

Estas escuelas son: los cínicos, los cirenaicos, los megáricos, y las escuelas de Elis y Eretria.

Aristipo de Cirene enfatizó en la enseñanza de Sócrates su dominante independencia personal y la búsqueda del bien, concebido como el placer o el refinamiento en el placer, objetivo para una vida guiada por la razón, convirtiéndose, en la primera escuela hedonista (hedoné, placer), que tendría un siglo después una gran influencia en las teorías de Epicuro de Samos. Por otro lado Antístenes, interpretó que ese bien u objetivo último de la vida serena y racional es la virtud, es decir, el dominio de las propias apetencias. Señalando que el sabio debe vivir ateniéndose a lo indispensable, despreciando todo lo superfluo como fuente de esclavitud moral. Los cínicos prescindían así de todos los acuerdos sociales y hacían gala de sinceridad y aún de desvergüenza, en sus juicios y respuestas. Es de aquí de donde proviene el término cínico que conocemos, por otro lado se sometían a una vida mísera y sobria como imperativos de virtud.












Después de la muerte de Sócrates, sus discípulos se dispersaron por Grecia fundando escuelas, las mismas que pretendían reflejara las enseñanzas de su maestro .
Diógenes Laercio, en su Vidas de Filósofos, resalta a siete amigos de Sócrates, como los más representativos: Jenofonte, Esquines, Antístenes, Aristipo, Euclides, Fedón y el más grande de todos Platón, con excepción de los dos primeros, el resto fueron fundadores de escuelas filosóficas

Estas escuelas son: los cínicos, los cirenaicos, los megáricos, y las escuelas de Elis y Eretria.

Aristipo de Cirene enfatizó en la enseñanza de Sócrates su dominante independencia personal y la búsqueda del bien, concebido como el placer o el refinamiento en el placer, objetivo para una vida guiada por la razón, convirtiéndose, en la primera escuela hedonista (hedoné, placer), que tendría un siglo después una gran influencia en las teorías de Epicuro de Samos. Por otro lado Antístenes, interpretó que ese bien u objetivo último de la vida serena y racional es la virtud, es decir, el dominio de las propias apetencias. Señalando que el sabio debe vivir ateniéndose a lo indispensable, despreciando todo lo superfluo como fuente de esclavitud moral. Los cínicos prescindían así de todos los acuerdos sociales y hacían gala de sinceridad y aún de desvergüenza, en sus juicios y respuestas. Es de aquí de donde proviene el término cínico que conocemos, por otro lado se sometían a una vida mísera y sobria como imperativos de virtud.
















Después de la muerte de Sócrates, sus discípulos se dispersaron por Grecia fundando escuelas, las mismas que pretendían reflejara las enseñanzas de su maestro .
Diógenes Laercio, en su Vidas de Filósofos, resalta a siete amigos de Sócrates, como los más representativos: Jenofonte, Esquines, Antístenes, Aristipo, Euclides, Fedón y el más grande de todos Platón, con excepción de los dos primeros, el resto fueron fundadores de escuelas filosóficas

Estas escuelas son: los cínicos, los cirenaicos, los megáricos, y las escuelas de Elis y Eretria.

Aristipo de Cirene enfatizó en la enseñanza de Sócrates su dominante independencia personal y la búsqueda del bien, concebido como el placer o el refinamiento en el placer, objetivo para una vida guiada por la razón, convirtiéndose, en la primera escuela hedonista (hedoné, placer), que tendría un siglo después una gran influencia en las teorías de Epicuro de Samos. Por otro lado Antístenes, interpretó que ese bien u objetivo último de la vida serena y racional es la virtud, es decir, el dominio de las propias apetencias. Señalando que el sabio debe vivir ateniéndose a lo indispensable, despreciando todo lo superfluo como fuente de esclavitud moral. Los cínicos prescindían así de todos los acuerdos sociales y hacían gala de sinceridad y aún de desvergüenza, en sus juicios y respuestas. Es de aquí de donde proviene el término cínico que conocemos, por otro lado se sometían a una vida mísera y sobria como imperativos de virtud.

El método socrático

Sócrates empleaba la dialéctica o conversación, pues al entablar una conversación procuraba ir sacando de su interlocutor las ideas que tuviera acerca de algún tema, quizás para algunos sería humillante o desconcertante el hecho de que se pusiera en evidencia su ignorancia, sin embargo éste no era el propósito de Sócrates, sino pretendía descubrir la verdad no como materia de meditación, sino que les sirviera para que vivieran rectamente.

Sócrates lo que persigue es llegar al alma de sus discípulos a través del diálogo, haciendo uso de preguntas y respuestas en una búsqueda común de la verdad . Estaba convencido que para tener un recto gobierno de la vida era necesario tener un conocimiento claro de la verdad, por ésta razón quería promoverla. Aristóteles dice al respecto: ocupábase de cuestiones éticas; en otro momento añadirá que a Sócrates le debemos dos cosas: “los razonamientos inductivos y la definición universal aludiendo que ambas cosas se refieren al principio de la ciencia .

El método utilizado por Sócrates se denomina mayéutica, el mismo que tiene tres momentos:
La ironía. En esta etapa comienza elogiando el saber de su interlocutor, que por lo general es un sofista o por lo menos tiene la misma mentalidad y le pide que defina el objeto de su interés, aludiendo que él tampoco sabe, sin embargo ninguna de las respuestas es satisfactoria puesto que Sócrates las reduce a contradicción, de éste modo pretende que el interlocutor se de cuenta de su propia ignorancia.

Para Sócrates la ignorancia lejos de ser algo negativo, es una bendición si va acompañada de la humildad y el deseo de aprender.

También se puede decir que es una purificación de la inteligencia, la cual esta contaminada y oscurecida por el error. Para lograr educar es necesario que el discípulo muera al error, para renacer al saber; crear una disposición, una actitud de “humildad intelectual”, que haga posible el conocimiento de sí mismo y el reconocimiento de la necesidad y de la utilidad del saber. Ésta operación origina en el discípulo el deseo de indagar y aprender .

Investigadora. Esta etapa consisten el tránsito de la “nesciencia” es decir de la ignorancia a la búsqueda, se trata de que una vez convencido el discípulo de su propia ignorancia investigue lo que ignora. La búsquela la verdad la puede realizar sólo o con la ayuda de un maestro, en esta etapa Sócrates alude, el alumno aprende “investigando conmigo, sin que yo haga otra cosa que preguntar, y no enseñar”

La mayéutica. Llamada también etapa de alumbramiento. Lo que intenta Sócrates en esta etapa es dar a luz las ideas que se encuentran en el alma, aquí hace alusión al oficio de su madre-comadrona- diciendo que éste arte lo aprendió de ella, pero la diferencia radica en que él lo aplica a las almas, es decir se trata de dar a luz a las ideas, descubrir la verdad que está en le interior del hombre, a través de preguntas y respuestas .

El Humanismo Pedagógico socrático y sus objetivos

Aunque Sócrates no los considerara abiertamente como unas normas, pues en su interior alberga una serie de creencias y principios educativos o un credo pedagógico. Considera tres principios: El primero es el reconocimiento de la superioridad espiritual, de la parte racional y ética del hombre: el alma .

Se puede afirmar que Sócrates es el primer filósofo que establece de un modo definitivo el alma como el centro de la personalidad intelectual y moral del hombre. El alma constituye la parte noble, la misma que se distingue del cuerpo por ser de naturaleza divina, invisible e inmortal, así lo afirma Jenofonte, por este motivo señala lo importante que es tener cuidado del alma y es precisamente este punto, el que mueve toda la vida de este gran maestro de Atenas

Por tanto, se puede entender el único interés que posee, el de enseñar a los hombres a conocerse, a descubrir un puesto privilegiado que en ellos tiene el alma y en consecuencia a cuidarla.
Asimismo resalta un mandato: vigila, estate atento, no te embrutezcas, aguza el oído y la vista de tu alma, lucha por captar lo de divino que hay en ti y en el mundo, despierta el bios filosófico a la vida espiritual .

En segundo lugar, afirma que es importante la virtud, la misma que constituye el centro de la ética socrática , la misma que la identifica con la ciencia, es decir con el conocimiento, el cual le permite al hombre hacer buena su alma, alcanzar su propio fin y por lo tanto ser feliz. Se puede ver claramente la oposición de Sócrates a la ética griega, que consideraba como bienes superiores las riquezas, el poder y la fama; en cambio Sócrates da prioridad al alma con respecto al cuerpo, invirtiendo de esta manera el orden de los valores éticos, colocando en primer lugar los bienes del alma y sobre todo la ciencia.

En consecuencia asociaba todas las virtudes lo mismo que la ignorancia reagrupaba para él todos los vicios, resaltando que es la ciencia lo que permite obrar el bien y la ignorancia causa el mal moral. Él considera que el hombre malo lo es por ignorancia, el que no siga el bien es porque no lo conoce, por tanto la virtud se puede enseñar a la que se le conoce también como ética intelectualista, además resalta que lo primordial es que cada persona conozca su areté o virtud .

Es necesario resaltar el autodominio (enkrateia), que significa el señorío del alma sobre el cuerpo, es decir el dominio de de la razón sobre los instintos, un dominio que implique al hombre la libertad interior, una libertad de la razón la misma que impone sus propios principios a la irracionalidad corporal. Por otro lado el hombre virtuoso se hace autónomo de modo que con su propia razón puede alcanzar la felicidad, sin necesidad de poseer los bienes terrenos .



Jenofonte en su Apología señala un segundo mandato: “conócete, respétate y quiérete a ti mismo, no seas cobarde y no abandones el combate por acercarte al ideal de ser humano que llevas dentro de ti. Procura un bios filosófico”, es decir se trata de optar por una vida digna de un ser humano, esto proporcionará la verdadera libertad, pero esta no consiste en la independencia, sino más bien en la autoposesión y la autonomía .

Por último la tercera idea se refiere al modo de alcanzar el telos del hombre y el bios filosófico, los mismos que pasan por el camino del conocimiento, del saber, de modo que para alcanzar la areté, es suficiente con conocer lo que es bueno y lo que es malo, pues si se consigue, el Bien arrastrará tras de sí y conducirá por el camino recto al individuo . Aquí también aparece un tercer mandato: Atrévete a comprometerte con el deber; el coraje de averiguar la Verdad es requisito para llegara a la areté, así lo refiere platón en el Menón y añade Sócrates a sus discípulos: osad ser filósofos, amantes del saber, buscadlo sinceramente y confiad en él, porque los conducirá a la felicidad (eudaimonía).

Aportes de Sócrates a la Educación

Sócrates es probablemente el único de los grandes filósofos y pedagogos de la historia que no dejó constancia escrita de su modo de entender la educación, para él, la palabra escrita es inútil e inerte en la formación humana y por lo tanto, se debe de deducir de su ejemplo y de su modo de preceder en qué consiste la educación. De Sócrates puede decirse que su obra es él mismo, al parecer no era bello de cuerpo pero sí de alma, como diría de él Montaigne, un apotequés: uno de esos tarros de porcelana preciosa, cuyo exterior presenta una figura deplorable, pero en cuyo interior se encierra un perfume exquisito .

Siendo considerado como el más excelente de los educadores, Sócrates afirmaba que no se dedica a “enseñar” y que por lo tanto no profesa el oficio de “maestro”. Éste era su credo pedagógico, que se refleja con claridad en la Apología Platónica en donde afirma:

“Yo no he sido jamás maestro de nadie. Si cuando estaba hablando y me ocupaba de mis cosas, alguien, joven o viejo, deseaba escucharme, jamás se lo impedí a nadie. Tampoco dialogo cuando recibo dinero y dejo de dialogar si no lo recibo, antes bien me ofrezco, para que me pregunten, tanto el rico como el pobre, y lo mismo si alguien prefiere responder y escuchar mis preguntas. Si alguno de éstos es luego un hombre honrado o no lo es, no podía yo en justicia, incurrir en culpa; a ninguno de ellos les ofrecí nunca enseñanza alguna ni les instruí. Y si alguien afirma que en alguna ocasión aprendió u oyó de mí en privado algo que no oyera también todos los demás, sabed bien que no dice la verdad.
¿Por qué, realmente, gustan algunos de pasar largo tiempo a mi lado? Lo habéis oído ya, atenienses; os he dicho la verdad. Porque les gusta oírme examinar a los que creen ser sabios y no lo son. En verdad, es agradable. Como digo, realizar este trabajo me ha sido encomendado por el dios por medio de oráculos, de sueños y de todos los demás medios con los que alguna vez alguien, de condición divina, ordenó a un hombre hacer algo. Esto, atenienses, es verdad y fácil de comprobar” .

Por tanto se puede decir que Sócrates no es un “maestro” (didáskalos) que transmite una “enseñanza” (máthema) concreta, si no lo que pretende es “tratar” y “dialogar” con la influencia de un misterioso demonio interior, y a quienes se acercan a él les considera “amigos” o “compañeros” (hetairoi), más no alumnos (mathetai); por ésta razón jamás aceptaba remuneración alguna, en esto se diferenciaba de los sofistas, al respecto Jenofonte señala: “nunca fomentaba la codicia en sus discípulos, pues además de liberarles de otras apetencias, no intentó cobrar a los que deseaban su compañía. Rodeándose de ésta abstención pensaba que aseguraba su libertad. En cambio a los que aceptaban un salario por su conversación acusaba de venderse como esclavos, porque se obligaba a conversar con aquellos de quienes recibían dinero”. En síntesis se puede decir que Sócrates educa si enseñar, pues su educación no consiste en la transmisión de unos contenidos si no más bien trata de dar a cada discípulo lo que busca y lo que necesita, porque es él mismo el que lo encuentra .

Asimismo señala que la paideia no es patrimonio de unos cuantos selectos, sino todo lo contario, ésta se encuentra la alcance de todos los hombres, de modo que su voluntad tiende necesariamente al Bien y su inteligencia está capacitada para captar la verdad. En el Cármides dice con respecto a los adolescentes”... casi todos en esta edad me parecen hermosos”, es decir con capacidad de educarse, aunque quizás algunos renuncien a este gran ideal. En este sentido los esfuerzos del maestro son inútiles, porque para que se de la educación es necesario que el alumno este predispuesta y posea ingenio .

Sócrates y los Sofistas

Los sofistas considerados como auténticos profesores, itinerantes de ciudad en ciudad. Sócrates tuvo en común con los sofistas el interés por los problemas del hombre más que por los cosmológicos y naturales, así como por el problema de cuál era la mejor formación para que el ciudadano, sea capaz de que si se da el caso, gobernar la ciudad adecuadamente. Los sofistas sólo enseñaban el arte de gobernar valiéndose de todos los medios para llegar al poder, sin embargo no les enseñaban en que residía el verdadero bien de la ciudad y por consiguiente cuál era el verdadero bien para los hombres que la constituían; además pretendían enseñar la virtud, pero sólo enseñaban a hacer carrera.
En cambio para Sócrates la virtud es conocimiento del bien y afición a hacerlo, de modo que ésta no se pueden definir por separado, sino que todas ellas implican una cierta conciencia superior de lo que es verdadera y universalmente “preferible”, es decir, el bien. Entonces nos preguntamos ¿es posible enseñar esa conciencia? A lo que Sócrates añade: la virtud no se puede enseñar desde fuera, es decir, no se puede transmitir con las palabras, no obstante, se la puede suscitar en el ánimo de los seres humanos que la llevan dentro de sí, a través de una oportuna acción educativa, esta acción se ve claramente en el método Socrático .

Sócrates, dedicó toda su vida a combatir a los sofistas, no aprobaba el hecho de que cobraran por sus enseñanzas y sobre todo la filosofía relativista y escéptica que se encontraba en el fondo de sus doctrinas. La figura de Sócrates es la contradicción de la manera de ser y de pensar de los sofistas, pues éste nunca cobró nada por sus enseñanzas, de modo que vivía sin ostentaciones de ningún tipo, era sobrio, prudente y humilde

En la Apología cuenta platón que Querefonte, amigo de Sócrates preguntó al oráculo de Delfos quien era el hombre más sabio, a lo que respondió que era Sócrates, luego de haber meditado acerca del asunto y haber realizado una encuesta entre los profesionales llegó a la conclusión de que si el dios había afirmado eso era porque él era el único hombre que reconocía su propia ignorancia. De ahí que proviene el famoso dicho de Sócrates “solo sé que nada sé”, en esta pequeña frase, se encierra el pensamiento de Sócrates, pues para él, la única manera de acceder a la sabiduría y a la verdad era comenzar por reconocerse ignorante y añadía: “el que sabe que no sabe, el que se da cuenta que nada sabe, está en óptimas disposiciones para comenzar a buscar la verdad”. En cambio los sofistas creían saber más de lo que, en realidad, sabían y por este motivo nos se esforzaban por penetrar el sentido de las cosas. No obstante Sócrates dedicó su vida a dialogar con todo aquel que estuviera dispuesto a buscar la verdad.
Ésta misión lo llevó a enfrentarse con los sofistas, pues éstos enseñaban que la verdad, si es que existe depende de cada uno. El maestro se opuso a ellos abiertamente y con admirable ironía, lo cual lo convirtió en su más directo enemigo, lo que originó que termine en un proceso judicial con un trágico final .

Vida y obras de Sócrates

VIDA Y OBRAS.

Nació en Atenas en el 470/ 469 a. c, y murió el 399 a. C. Fue hijo de Sofronisco y Fonaretes, pertenecientes a la tribu antióquida y del demo de Alópeke, su padre era escultor; sin embargo A. E Taylor opina con Burnet, que esta historia es equívoca originada porque en el Eutifrón se alude humorísticamente a dédalo como antepasado de Sócrates, sea cual fuere la verdad lo cierto es que Sócrates no siguió la carrera de su padre. Se supone que éste sería descendiente de una familia no muy pobre pues sirvió en el ejército en calidad de hoplita , armado de pies a cabeza y para poder prestar dicho servicio tuvo que heredar, un patrimonio suficiente. A su madre se le conoce en el Teeteto como comadrona .

Su juventud coincide con una época de euforia y de esplendor de Atenas, pues son los tiempos de la victoria sobre los persas y de la hegemonía de Atenas. Es la época de Pericles, cuya casa visitaba con frecuencia. Estaba casado con Xantipa con quien tuvo tres hijos y además muchos problemas. Se le consideraba mal demócrata, por no sintonizar con la intervención de los atenienses en las asambleas populares
En el 406 es elegido por sorteo miembro del consejo de los 500. Durante la tiranía de los 30 se le ordenó participar en la detención de un ciudadano León de Salamina a lo que Sócrates se negó.
En el 403 vuelven los demócratas al poder y en el 399 a. C Anito, político y artesano; Melito, poeta y Licón, orador, acusaron a Sócrates de los siguientes cargos: ateísmo, por no creer en los dioses de la ciudad e introducir divinidades extrañas; desobediencia, a causa de quebrantar las leyes y corrupción, por corromper a la juventud. Aunque en realidad lo que envolvía a estas acusaciones eran maniobras políticas .Una vez iniciado el proceso, Sócrates rechaza el discurso de Lisias y asume personalmente su defensa. La condena se llevó a cabo después del segundo escrutinio, el cual arrojó el resultado de 141 votos a favor y 360 en contra. En el primero hubo: 220 votos a favor y 281 en contra. Sócrates tenía 70 años de edad. Sócrates hubiera podido escapar de la cárcel, pero su voz interior nos se lo permitió, su “demonio” que le acusó de ser infiel a la misión a él confiada por el dios délfico, ésta consistía en dar de sí a sus conciudadanos una prueba extrema de lealtad y honradez – en su discurso de defensa señala-: “Atenienses me sois caros dignos de aprecio, pero me importa más obedecer al dios que a vosotros y mientras me quede aliento y fuerza no cesaré de buscar la verdad, de amonestaros y de adoctrinar a quien quiera de vosotros que me encuentre al paso, diciéndole a mi manera : ¿cómo tú mi estimadísimo, ciudadano del más grande y culto de los Estados, cómo no te avergüenzas de ocuparte con afán de llenar lo más posible tu bolsa, y de procurarte fama y honor y, en cambio, del juicio moral, y de la verdad y de la mejora de tu alma nada se te da?” . Tenía que morir y Sócrates bebió con absoluta tranquilidad la cicuta, mientras departía hasta el fin con sus amigos, filosofando sobre la inmortalidad del alma.

Considerado como el más sabio de los atenienses, ocasionando su vida y su pensamiento una gran crisis, un punto de inflexión, un nuevo comienzo para la filosofía de occidente. Sin éste personaje no hubiera habido Platón y sin Platón no hubiera habido Aristóteles y así sucesivamente se podría hacer una lista de discípulos hasta nuestros días .

A Sócrates lo que le interesaba era el filosofar, más no el lucro, sin embargo su filosofía como la de los antiguos jonios. El hombre era el centro de su pensamiento, y justamente para quien se dan verdades y valores. Su filosofía es una filosofía viva, pues hablaba con todo lo que hallaba al paso y hablaba siempre de lo mismo; preguntando al interlocutor si tenía un concepto claro de sí mismo; si sabían qué cosas eran la verdad y el saber; si había penetrado y comprendido los valores del hombre .

Sócrates no escribió nada; Hay varias razones que explican por qué prefiriera no escribir. En el Fedro refiere que la escritura es como la pintura, si se la interroga calla majestuosamente, para él la doctrina escrita pierde su vivacidad que tiene la enseñanza oral. Lo escrito se arruga, es como una estatua rígida, muerta; por tanto Sócrates opta por el diálogo vivo, espontáneo en donde puede escuchar y ver las reacciones de sus discípulos .

Sin embargo su pensamiento ha llegado a nosotros por los testimonios de varios personajes, algunos testimonios incluso son de diversos contenidos y a veces hasta opuestos, creando al historiador un verdadero problema.

Ente las principales fuentes a partir de las cuales se puede construir la figura de Sócrates tenemos:

Aristófanes, Es el testimonio más antiguo que se encuentra, en su obra Las nubes hace una verdadera imitación de él y lo presenta como un sofista más, el peor de todos; con gran dominio de la retórica y al igual que los antiguos jonios dedicado a la investigación de la naturaleza

Platón, constituye la versión más completa y fiable de Sócrates, aunque algunos consideran que lo presenta excesivamente idealizado; otros por el contrario lo consideran como la única fuente del pensamiento de Sócrates, negando incluso la originalidad el pensamiento de Platón. El problema radica en que Platón lo presenta como personaje principal en todas sus obras(los Diálogos), el asunto sería qué es lo qué pertenecería a Sócrates y qué es de Platón. En un análisis profundo de los diálogos y a través de un estudio comparativo con otras fuentes se ha llegado a la conclusión de que hay dos etapas: en la primera Platón pretende exponer y defender a su maestro (Diálogos Socráticos y de juventud) y la segunda en la que dispone de un pensamiento propio, aunque Sócrates siga apareciendo como el personaje principal .


Jenofonte. a pesar de no pertenecer al círculo de Sócrates, le dedicó tres obras: recuerdos de Sócrates, Apología y el Banquete. la intención de Jenofonte es presentar un personaje histórico, aunque su testimonio se ve debilitado por su claro fin apologético y por el breve contacto que tuvo con Sócrates .

Aristóteles, Un testimonio de gran importancia es el de éste personaje, a pesar de no haber conocido a Sócrates, habla de él desde su propia y particular perspectiva filosófica Aristóteles hace una distinción entre el Sócrates histórico, interesado por cuestiones morales y por llegar a la definición inductivamente, y el Sócrates idealizado por lo platónicos. Sus referencias son muy valiosas por alcanzar el equilibrio interpretativo .

socráticos menores aunque su testimonio, en ocasiones sea parcial y desfigurado.

Con todas estas suposiciones se puede deducir que toda reconstrucción del pensamiento socrático es arriesgada y que siempre será incierta, ya que las fuentes no son sólo interpretaciones; entonces podemos preguntarnos cuál de estas fuentes es de mayor credibilidad y la respuesta más adecuada sería aquella que no otorga a ninguna de ellas un lugar favorecido sino que se sirve de todas ellas, confrontándolas entre sí y a la vez busca en todas ellas novedades que aparecen en el pensamiento de sus discípulos y contemporáneos su confirmación .